Hace poco más de nueve meses desde que el duodécimo Doctor,
Peter Capaldi, sujetándose las solapas de su chaqueta y sonriendo a los
espectadores de uno de los platós de la BBC, fuera presentado en sociedad. Su
debut (con permiso del 50 aniversario) se ha hecho de rogar y finalmente este
sábado hemos podido disfrutar de Deep Breath. Hoy en Freak `n´ Chips os traemos
un exhaustivo análisis sobre cómo fue este primer episodio y que podemos
esperar del nuevo Doctor.
“Shhh” fue lo primero que dijo y pocos segundos después su
rostro se desplomó en el barro. El Doctor que se nos presenta en esta ocasión
es un hombre serio, metódico y mucho más frío que sus antecesores. El
sentimentalismo y las emociones quedan atrás, pasando del romanticismo al realismo.
Este Doctor es mucho más maduro y severo pero en el fondo es todo fachada. Sus
palabras parecen estar en conflicto con sus actos y viceversa. Como él mismo dice,
deja las cosas claras pero por el camino también deja patente que por muchos
años y muchas regeneraciones que hayan pasado sigue siendo el mismo niño. A
pesar de lo anteriormente dicho, el Doctor se ve “empujado” a tomar duras decisiones
y a hacer frente a nuevos dilemas morales.
Los villanos no son nuevos, pero sí el modo en que se nos muestran.
Aunque ya fuesen presentados en el episodio “La chica de la chimenea”, estos “hombres”
hechos a base de piezas de relojería y carne humana tienen un nuevo matiz más
oscuro. Ahora podemos ver sus ojos muertos y su piel putrefacta avanzando hacia
nosotros, con esto Moffat ha conseguido enriquecer y adaptar el concepto de
zombies al universo de Doctor Who. Empezando por los hombres mecánicos,
siguiendo con Vastra y culminando con el Doctor, Deep Breath nos presenta tres
planos distintos que metafóricamente son el mismo. Lo que se plantea es la
renovación de la persona, como un individuo tras modificar su aspecto puede
haber cambiado quien es o no y la aceptación por parte del resto de individuos.
Este episodio constituye una humanización del concepto de regeneración.
Tal y como ya se avanzó, el capítulo ha tenido montones de
homenajes al Doctor de Tom Baker. Entre ellos cabe destacar el corretear de
aquí a allá en camisón largo, como ya hizo en “Robot” o la mención a la larga y
“ridícula” bufanda. Un guiño algo más sutil es la presencia de un asiático entre
las filas del enemigo como posible referencia a “The Talons of Weng Chiang”,
serial que también pertenece al mismo periodo Victoriano.
En cuanto a innovaciones técnicas cabe destacar un tono más
ocre en la iluminación frente al azulado al que estábamos acostumbrados, los
efectos especiales van mejorando exponencialmente y la nueva intro
(descaradamente plagiada de un usuario de Youtube) es totalmente distinta a
cualquiera que hayamos visto hasta la fecha. La tema de original de Ron Grainer
ha sido nuevamente modificado, siendo interpretado por instrumentos sintéticos
que, siendo honestos, no puede competir con la anterior orquestación.
La buena noticia es que ya solo quedan cinco días para ver
la nueva aventura que está esperando a nuestro Señor del Tiempo y para volver a
encontrarnos con unos de los villanos más temidos de Doctor Who: Los Daleks. Si
quieres prepararte para el próximo capítulo consulta el anterior artículo con
las claves que harán que no te pierdas ningún detalle.
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